Vía de la Plata (1ª Parte)




Salgo en avión desde Barcelona a Sevilla, primer percance, me ponen pegas para facturar el bordón, al llegar a Sevilla me comunican en Clickair que mi mochila llegará en otro avión una hora después, eran las cinco de la tarde, quedamos que me la enviarán al albergue juvenil, Llegó a las once de la noche. Mañana comienza la Feria y llueve, la catedral está cerrada y tendría que esperar un día más para conseguir la credencial del peregrino. Bueno, eso no va a suceder en el albergue también tienen, me llama mi amigo Chema con quien he quedado por internet para hacer el Camino hasta Salamanca. Pasé la noche visitando parte del Sevilla canalla, unos vinos y tapas por muchos rincones. Completo la gira por comer pescado frito en el “Quiosco de las Flores”, en Triana al pie del famoso Puente. Por la mañana llueve a cántaros y cuando se presenta Chema decidimos posponer la salida por si escampa mientras tanto unas cañas con tacos de jamón y queso.

Sellamos la Credencial en la Oficina Parroquial en la catedral tras una breve visita al monumento... Empezamos a caminar. Comienzo este blog como mi prueba del viaje y ya tengo enmarcadas en mi casa 2 "Compostelas" (reconocimiento de la peregrinación) así que sólo queda la perspectiva de no encontrar refugios.

La ruta de salida aún de noche de la histórica ciudad de Sevilla fue interesante, atravesando el Puente de Triana. Había 2 pueblos en la ruta, Camas y Santiponece pero mucho más interesante era el resto de la ciudad romana de éste último lugar de nacimiento del emperador Trajano y fuertemente conectado con el emperador Adriano. A pesar de ser de 200 AC las ruinas, algunas reconstruidas con hormigón, son muy impresionantes. La caminata de hoy, aproximadamente casi la mitad del camino fue en una línea recta! Tuvímos que ir a la policía local de Guillena para que nos abriera el refugio si se le podía llamar así, la misma cuadra que los vestuarios de un complejo deportivo en el suelo con una mísera colchoneta de gimnasio, agua corriente (solo fría) duchas.. Éramos 3 peregrinos , nosotros y 1 alemán. Y entonces apareció Narciso con su burro “Moreno” y los perros Grillo y .

Imposible cruzar el rio por el vado por el agua que arrastraba, por lo que tuvimos que hacerlo por el puente de la carretera, al llegar a un polígono por el que se adentraba el camino, Narciso decide seguir por la carretera por la dificultad para seguir con el carrito que arrastraba el “Moreno” y el agua y barro en muy malas condiciones. Casi todo el camino por jaras y dehesas con toros. En el albergue de Castilblanco nos encontramos con varios peregrinos que ya habíamos visto en la ruta. Sencillo pero cómodo.

Hoy una larga caminata de 16 kilometros en asfalto, pasando por la Dehesa Hierbabuena, (La de la Jurado y Ortega Cano), Chema se despista y ya no lo vemos hasta Almadén de la Plata, ha decidido no dormir en albergues y desde Sevilla su mujer o su hija le van reservando hostales o habitaciones, seguimos siempre por carretera Narciso los animales y yo, pero los guardas del Parque Natural Sierra Norte de Sevilla nos aconsejan seguir por la carretera, los caminos del parque están intransitables por la lluvia y el barro, el paisaje robles y el alcornoques. No muy lejos de un lago en el bosque había una manada de ciervos (alrededor de 60 animales) y me sorprendió lo mucho que nuestro paso les turbaba. Nos libramos del célebre Calvario una cuesta visible desde el otro lado de la llanura. Narciso conocedor de la ruta la presenta como como agotadora y con el carro imposible, ya juntos decido seguir con él por la carretera. Buscamos un lugar para los animales y nos dejaron meterlos en un patio en el albergue juvenil, sin hospitalero pero precioso. Como tres horas despuén nos llamó Chema que había venido por el Calvario, estaba muerto.

Hoy iremos hasta Almadén de la Plata último pueblo de Andalucía, un camino muy duro y un poco extraño, una senda que sólo subía y al final por una dehesa volvíamos a bajar, Narciso ha prescindido del carro y a un paisano le ha comprado unos serones de esparto, nos encontramos el primer arroyo por el que tuvimos que cruzar por el agua.

Salimos de la provincia de Sevilla y entramos en la provincia de Badajoz, ya llevamos primeros 100 kilometros de la Ruta de la Plata.. La ruta fue hermosa y muy agrícola, cerdos ibéricos negros, utilizados para hacer el mejor del jamón español, libres bajo las encinas comiendo al aire libre. En el cielo milanos, halcones y algún águila.

El día empezó bien, pero terminó en llovizna muy fina.Llegamos a Monesterio, no hay albergue y nos hospedamos en el Hostal Extremadura.

Más dehesas, verdes y húmedas.

Bueno hoy fue duro! Tal vez es sólo el cansancio acumulado. Mis hombros están molidos tal vez llevo demasiado peso en la mochila, suerte que el cuerpose acostumbra a caminar con el peso. Una vez que esto sucede sólo la muerte puede detenerte. ¡Ultrëia!.

Viñedos a ambos lados durante días.

Entramos en Emérita Augusta (Mérida) cruzando el majestuoso puente romano.

No puedo explicar lo importante que es Mérida, la capital de la Lusitania romana. Tiene los mejores restos romanos en casi cualquier lugar. El Teatro, estadio y un arco de triunfo incompleto. Después de haber estado en Roma, son más evidentes los restos romanos de Mérida. No se puede raspar de nuevo un metro cuadrado de suelo sin algo revelador. Por el camino de toda esta historia pasamos la marca de 200 kilometros. Dolores y molestias abundan en el momento y espero que sea sólo el cuerpo se acostumbra a él en su nuevo papel.

Nuestra intención era, y lo logramos, caminar hoy 40 kilómetros. La ruta ha sido de nuevo muy directamente al norte y obstruida por la construcción de la nueva autovía Ruta de la Plata en varios lugares. Lo más destacado del día fue la ciudad amurallada de Galisteo, donde me detuve en el club del pensionista y sólo para mantener el equilibrio que había comida frita más profundo. Lla ruta de mañana nos llevará a través de la las ruinas de la ciudad romana de Cáparra. Tiene un arco cuyo perfil se utiliza como un gráfico para indicar el Camino en Extremadura. Un día muy largo 40 km hasta Cáparra.

Salimos de la Comunidad Autónoma de Extremadura, la provincia de Cáceres, y en la Comunidad Autónoma de Castilla y León, entramos a la provincia de Salamanca. Por el Puerto de Béjar.

El albergue en Fuenterobles tiene una reputación por Don Blas el cura del pueblo muy variable en cuanto a la limpieza, los excrementos de ratón, agua fría y hospitaleros excéntricos. Bueno hasta ahora no hemos tenido problemas. El edificio es de granito y madera y muy tradicional de la zona.

Salamanca, ciudad capital de la provincia y sede de una de las universidades más antiguas de Europa. La Plaza Mayor una de las mejores de España y , dicendonde el mejor se habla español.

Me despido de Narciso ya que me quedo quince días como hospitalero.

: ITálica

Razones para hacer el Camino - 1ª parte Camino Francés

¿Cuales son los motivos para hacer el Camino?. ¿Por qué lleva el Camino unos 1000 años? ¿Y por qué durará otros tantos, por lo menos? Cada vez son más los peregrinos que nos sumamos a esta experiencia. Me cuentan que en 1977 eran únicamente trece(!) los que arribaban al Pórtico de la Gloria, hoy día somos varios miles al año los que coronamos el Monte do Gozo, que se alza a las puertas de Compostela, ese campo de estrellas, Campus Stellæ, alcanzado después de tanto esfuerzo físico. ¿Hay una vuelta a la espiritualidad o es que la gente no sabe qué hacer en vacaciones y se enrola en cualquier ruta que se le da ya planificada? Para gastar el tiempo de ocio hay planes mucho más brillantes o complacientes. Y sin embargo, algo tiene ese divino trazo de flechas amarillas que van pintando la geografía española desde los Pirineos hasta Santiago. Son esas flechas las que, como las piedrecillas de Pulgarcito, señalan el sendero y permiten que uno no se pierda, aunque a veces ocurra, son esas las verdaderas estrellas de la tierra, que como en un espejo se miran en las del cielo para acompañar al peregrino durante todo el viaje. Sobre todo cuando de madrugada empiezas tu andadura aún en la oscuridad. Cada uno tiene su, sus, motivos. Ninguna otra ciudad o paisaje del mundo tiene toda una constelación a su servicio, la Vía Láctea y ningún plan de veraneo, incluso el de irse a recorrer la sabana africana con los masáis, aúna tan intensamente la tradición milenaria con la actualidad de la experiencia personal. Haciendo el Camino de Santiago uno se siente el eslabón minúsculo y anónimo de una cadena histórica y humana, y deja de ser ese individuo narcisista y autosuficiente, que acostumbra, en su entorno habitual, a mirarse el ombligo y a creerse el centro del universo o a sentir lástima de sí mismo por no ver cumplidos sus sueños. En esta aventura no se puede ir de Indiana Jones, en plan campeón, buscando una autorrealización convencional; no, aquí la heroicidad no pasa por el estréllate. No valen presumir de distancias recorridas ni días, el Camino es mucho más que eso, y la exploración interior viaja en otras direcciones, muchas veces ni tienes conciencia de lo que estas haciendo, andas y andas como Forrest Gump. El peregrino, andando, pierde algunas de sus raíces, entre otras, las de la soberbia, la noción del tiempo y el propio yo. Y eso es, aunque en principio pueda parecer extraño, algo irrepetible. Conforme vas cubriendo etapas, subiendo montes y cruzando puentes, las flechas amarillas te van contando que ese camino ya lo hicieron otros hace siglos, y que otros que antes que tú pisaron esas piedras y ese polvo, y bebieron de esas fuentes de agua perfecta. De nada te vale ser Fulano de Tal, tus apellidos, tu familia, tu dinero, tu profesión, tu patrimonio de nada te vale cuando nadie te conoce, ni las aguas de los ríos saben de tu curriculum. Lo que importa de pronto es lo otro, lo que se diferencia de ti, lo que ves, y no tú mismo. Y la humildad te hace grande, curiosamente, porque hace grande -la amplifica y la enriquece— tu propia mirada. Los delirios de grandeza quedan tras, por ejemplo, ante la Catedral de Burgos, frente a la cual te diluyes hecho una hormiga, o ante el monasterio de Samos orgulloso recuerdo de un gran pasado, donde celebras tu ninguneidad, pues sólo desde el anonimato del presente, sintiéndote pequeño y tembloroso ciudadano del universo, puedes reconstruir tu propia historia y puedes permitirte abjurar de una impuesta herencia que coarta tu necesidad de crear nuevos caminos. Ser importante es ¡tantas veces! cansado, y una carga que en este Camino puedes dejar atrás en tu propio beneficio «Aquí no eres nadie. Es cierto, pero a cambio eres lo que tú quieras ser» Todos nos saludamos igual:”¡ Buen Camino!”, sin importar nuestro idioma original. Antiguamente, según me cuentan: !Ultreia¡ exclamación o grito de aliento que los peregrinos a Santiago se daban, gozosos, unos a otros y que puede traducirse por la exclamación ¡Siempre adelante!. No todos lo hacen. Hay peregrinos que intentaban hacer valer su nombre y su estatus para obtener prebendas de trato y mayores comodidades. Peregrinos “ful” con coche de apoyo para llegar antes a los saturados albergues. En el Camino todos somos iguales, médicos, mecánicos u oficinistas, el mejor es quien mejores y más fuertes pies tiene, si nos ponemos literalmente prácticos. Y muchas veces ese resabio de soberbia no es sino síntoma de inseguridad, y la exigencia con que algunos tratan a los demás es una forma de autocastigo y de distanciamiento, de impotencia por no saber relacionarse con los otros desde la igualdad.. Es una barrera inútil e incómoda con que se blindan para no sentir. En los albergues no cuenta tu visa oro, y los hay que dejan su mal recuerdo protestando por un servicio que es humilde porque es gratuito y se sostiene de los donativos de quienes pasan por allí, y el desinteresado acogimiento de hospitaleros que pasan sus vacaciones ayudando al caminante, intercambiar experiencias con otro peregrinos desconocidos. Siempre al final un generoso detalle: una explicación, una orientación, una petición.... Conocer a Victoria, la simpar hospitalera de Tardajos, cerquita de Burgos.. El bordón te identifica con ese peregrino desconocido Si buscas lujos no vayas al Camino, vete por tu camino. Vete a Cancún o a París, a los hoteles caros, donde te sientes alguien porque tu suite tiene jacuzzi. Aquí el colchón es parco, el agua muchas veces fría, y conviene que limpies con la fregona el agua que salpicaste al ducharte. Aquí no eres nadie, es cierto, pero a cambio eres lo que tú quieras ser. Abandonar tu identidad y cambiarte de piel por unos días. Cada día conoces a nuevos compañeros de andadura, en ocasiones los vuelves a encontrar, otras ya no sabrás nada de ellos, como tú hacen el camino al andar, las manos libres para, olvidándote de alcurnia o de categoría, averiguar quién somos realmente. Recuperar tus raíces, las que llevas escondidas y machacadas pero son las más legítimas. Son las que en Calzadilla de la Cueza, en Villafranca del Bierzo, en Santo Domingo de la Calzada, y sobre todo en O Cebreiro, te hablan de otra especie de soberbia. Las piedras del románico, el arte que sigue en pie, y esa piedra que tiras al pie de la Cruz de Ferro en Foncebadón, encontrándote en el descenso del puerto, camino ya del Acebo en Majarín con Tomás, autodenominado “el último templario, los campos cultivados por los amarillos páramos de Castilla-León, los puentes como los de Carrión de los Condes u Órbigo y las sendas marcadas, entre trigales, páramos, bosques de robles, castaños y nogales, te cuentan que eres, por humano y por constructor y por artista, el más grande de los grandes. Esa es la soberbia de tu humildad. Vivir con lo necesario. Recuerda siempre que es más importante ser que tener. Debemos aprender vivir con poco, descubrir que en la vida son necesarias pocas cosas y que nuestra riqueza está en nuestro interior. El Camino se acaba y continúa el Camino de la vida. y se sigue pensado en volver y seguirse enriqueciendo física, moral y/o espiritualmente El Camino se acaba y continúa el Camino de la vida. y se sigue pensado en volver y seguirse enriqueciendo física, moral y/o espiritualmente.

Crónica desde Foncebadón/septiembre'06


Muy cerca de la cima del monte Irago, donde se alza majestuosa la mítica Cruz de Ferro en el punto más alto de el Camino de Santiago (1500 m) se encuentra Foncebadón, un pueblo cuasi fantasma pleno de ruinas y la tenacidad de la que hasta hace media docena de años era su única vecina, María Fernández, que vive en la actualidad con su hijo. Fue esta mujer, la señora María, como popularmente se le conoce en la comarca, quien se plantó, cuando el Obispado de

Astorga quiso desmontar

las campanas de la destartalada iglesia parroquial en 1991 para llevarlas a la capital de laDiócesis, subiéndose al tejado del templo y enfrentándose a los empleados y a los guardias civiles que venían acompañándolos, impidiendo que nadie llevara las campanas, quizá ya el único signo de vida de Foncebadón, junto a la señora María.
Allá por los finales del siglo X y principios del XI, el ermitaño Gaucelmo fundó aquí una iglesia, San Juan de Irago, una alberguería y un hospital de peregrinos. Pero aunque parezca mentira, al ver el estado actual del villorrio, ya en el siglo X en Foncebadón tuvo lugar un concilio, Ramiro II le dio carta de naturaleza y sus habitantes le reconocieron como Señor, en 1160 Sancho V trasladó sus privilegios al Arzobispado de Astorga, y hoy el antiguo hospital, tras su reconstrución en 1999 y 2000 por unos jóvenes alemanes,pasó a ser el actual albergue parroqial de peregrinos "Domus Dei", dependiendo de la básilica Nuestra Señora de la Encina en Ponferrada. Un pueblo con historia y en la historia que cual Ave Fénix comienza a renacer de sus ruinas, un hostal, el convento de Foncebadón y la famosa Taberna de Gaia con la primera "palloza" que el peregrino se encuentra en su camino

La Cruz de Ferro donde el peregrino pide un deseo tras arrojar la piedra que cogió en el pueblo, sobre un túmulo de unos diez metros resultado de miles de piedras de peregrinos que por allí pasaron, marca la frontera o el encuentro entre la Maragatería y el Bierzo, desde allí contemplamos el Teleno sobre el pérfil de los Montes de Toledo a un lado Astorga y abajo en el valle, Ponferrada, intuyendo la llegada a O'Cebreiro, en Los Ancares, puerta natural de Galicia.En mi parco aposento, pienso si aquí pernoctó también Gaucelmo, junto a la hoy llamada parroquia de Santa María Magdalena, con acceso directo desde el Albergue que guarda vivo su pasado ancestral con vigas de madera talladas hace mil años. Lo realmente fabuloso es la noche, sin contaminación luminosa las estrellas resplandecen y como una proyección protectora la Vía Láctea que nos marca el camino hacia Compostela. Ningún otro lugar tiene una constelación a su servicio; Compostela significa eso "Campus Stelae": Campo de estrellas. Aqui estoy, esta vez acompañado por Dakar* mi fiel amigo y compañero, un perro cocker spaniel ya anciano y casi ciego, pero al contrario que en Barcelona, libre sin correas y ataduras convertido en mi sombra.
Foncebadón es citado en el Códice Calixtino como final de étapa, también hace mención de él Paulo Coehlo en "el Peregrino" y su estado te recuerda las magicas aventuras del autor brasileño.
Foncebadón está aquí como estaba hace siglos, los caminantes cumplen con la tradición de cargar con una piedra que lanzarán, pidiendo un deseo, en el túmuloque hace de base a la cruz, sabiéndo que tras la Cruz de Ferro les espera muy cerca, en Manjarín, uno de los personajes más curiosos que encontrarán en su andadura, nuestro amigo Tomás, autodenominado "último
templario".Foncebadón no ha cambiado mucho, ¿o si?, casi sin cobertura de móviles os escribo en Internet vía satélite.
Otra vez en el Camino, pero aunque Machado escribió: "Se hace camino al andar..." yo ya andé y hago camino, como "hospitalero voluntario" soy parte de Él. (*)









"Dakar" nos dejó el 16 de noviembre de 2008 a los 12 años y medio.